Nitrato de Chile (3)
Rótulo realizado en mosaico de azulejos esmaltados que anuncia el fertilizante Nitrato de Chile. Situado al principio de la arteria principal del centro histórico, en la casa construida por Guillermo Cabrera Gutiérrez a principios de siglo, presenta la imagen icónica de un campesino, con un diseño de gran impacto visual, equilibrado y característico de la publicidad cerámica de mediados del siglo XX. El panel constituye uno de los escasos ejemplares conservados en Canarias de esta icónica campaña gráfica internacional y uno de los pocos ejemplos de protección efectiva del patrimonio gráfico, por haber sido restaurado en 2016.
Contexto histórico
La importante explotación comercial del nitrato chileno pasó por una campaña publicitaria internacional con criterios modernos. La colección de carteles realizados en todo el mundo constituye por sí sola un episodio singular en la historia del cartelismo, e incluye ejemplares de gran calidad plástica, como los creados en Turquía, Francia, Polonia o Argentina. El cartel español, que estuvo a la altura, fue encargado en 1929 a Adolfo López-Durán Lozano (1902-1988), por entonces estudiante de arquitectura. Más adelante tendría en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid la primera cátedra de Dibujo de Formas. Años después fue designado para fundar la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Las Palmas, de la que fue el primer director durante los dos años necesarios para su puesta en marcha. Durante varias décadas el anuncio se difundió ampliamente en España y Portugal. Aunque se utilizaron varios soportes, el más extendido fue el del mosaico de azulejos, material que ha permitido la supervivencia de numerosas piezas. Los paneles, de diferentes tamaños, salían de la fábrica valenciana de Ramón Castelló. Hubo también un número indeterminado de mosaicos de Nitrato de Chile en Canarias.
De los cuatro mosaicos que se conservan en Canarias; este es el más conocido, instalado en la primavera de 1955. Compuesto por 270 azulejos, es de los más grandes, con una superficie de 10,80 m2. Su deterioro suscitó una amplia controversia, hasta que en septiembre de 2016 se aprobó en pleno municipal una moción presentada por el Partido Popular instando a su declaración como Bien de Interés Cultural para su protección. El consistorio se planteó asimismo la recuperación de dos antiguos anuncios de la marca Philips, también en azulejos, instalados en 1970 en un inmueble de la Avenida de El Puente, ocultos bajo varias capas de pintura.
El informe encargado a una empresa especializada certificó el estado deplorable del mosaico. En él se detectaron pérdidas puntuales del vidriado, lo que provoca la visión del sustrato cerámico de color barro anaranjado y requiere una actuación para evitar que la humedad continúe con su degradación. A finales de 2018, el Diario de Avisos publica que hay una solución al estado de deterioro que presenta el mosaico sin necesidad de proceder a su costosa restauración, gracias a que una ciudadana se ofrece a donar un mosaico original en perfecto estado para sustituirlo. Así lo anunció el alcalde el mismo día que recibía del Cabildo una subvención de 20.000 euros, dinero que, según manifestó “es probable que en vez de destinarlo a la restauración se invierta en la sustitución de esta pieza artística y comercial. El Ayuntamiento, que tiene un año para justificar la subvención recibida, va a esperar a que nos lo envíen para estudiarlo”. Nada más se ha sabido sobre la supuesta donación. ¿El mural no reunía las condiciones mínimas? ¿La donante se echó atrás en el último momento?
El Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma comenzó los trabajos de restauración en junio de 2020, con un presupuesto de 18.219 euros financiados por el Cabildo y con aportación también de las arcas municipales, con un plazo de dos meses y ejecutada por In Situ Conservación y Restauración, una empresa madrileña con reconocida experiencia, según información de el Diario de Avisos. Concluidos los trabajos, el mosaico volvió a lucir espléndido de nuevo. Los mosaicos de Philips siguen cubiertos por capas de pintura; han resultado ser los hermanos pobres del Nitrato de Chile.
Además del mosaico de Santa Cruz de La Palma, en Gran Canaria se recuperó recientemente el único que se conserva en la isla, en la localidad del Cruce de Arinaga (Agüimes). En Tenerife hay un ejemplar en el Puerto de la Cruz y otro en Granadilla de Abona. Los de Santa Cruz de La Palma, Puerto de la Cruz y uno que se conserva en Guadalajara (Comunidad de Castilla La Mancha) son los tres mayores de los poco más de cien ejemplares que se conservan en todo el estado español, donde llegaron a instalarse cerca de 4.000.
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