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Isidoro Luz General Store
<!-- wp:paragraph --><p>Comercio emblemático del Puerto de la Cruz durante las primeras décadas del siglo XX, especializado en bordados artesanales, ropa típica y artículos turísticos. Estaba rotulado en varios idiomas y ofrecía productos con la marca registrada <strong>“Taoro”</strong>, vinculada a bordados hechos a mano. Su estética comercial, su orientación internacional y su fuerte carga simbólica lo convierten en un claro precedente del comercio turístico moderno en Canarias.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>El comercio operó en un momento clave para el desarrollo del turismo en el norte de Tenerife, cuando el Puerto de la Cruz comenzaba a consolidarse como destino de salud y descanso. Fue uno de los primeros establecimientos en adaptar su imagen y oferta al incipiente turismo extranjero, en especial al británico. Isidoro Luz no solo adaptó sus productos a la demanda foránea, sino que también aplicó estrategias gráficas y comerciales modernas: uso de marca registrada, escaparates, cartelería en inglés y rotulación visible sobre fachada, toldo y rótulo perpendicular. Todo ello documentado en una imagen de época conservada en colecciones digitales.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Iriarte
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo institucional ubicado en en el balcón del edificio que albergó la sede del <strong>Círculo de Iriarte</strong>, sociedad cultural del Puerto de la Cruz activa en la primera mitad del siglo XX, de espíritu abierto y progresista, que promovían la cultura y el pensamiento libre en la comunidad. Su diseño —con letras profusamente adornadas— transmitía una imagen de apertura y progreso.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>Esta sociedad, también conocida como <strong>Sociedad Iriarte</strong>, tuvo un papel destacado en la vida cultural del Puerto de la Cruz en las primeras décadas del siglo XX. Allí se celebraban bailes amenizados por orquestas reconocidas como Manigua, Casablanca de Los Realejos y la Orquesta Orotava, conciertos, exposiciones, actividades recreativas y formativas, y se mantenía una biblioteca abierta a sus socios. Cerró en 1957, pero su recuerdo sigue vivo en la memoria local.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph {"className":""} --><p>El nombre de la Sociedad rendía homenaje a la familia Iriarte, una de las más influyentes en la historia cultural y política de Canarias. Entre sus miembros destacados se encuentran:</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:list --><ul class="wp-block-list"><!-- wp:list-item --><li><strong>Juan de Iriarte y Cisneros (1702–1771)</strong>: Eminente latinista y bibliotecario real, conocido por su labor en la catalogación de manuscritos griegos y su participación en la Real Academia Española. <a href="https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/toms-de-iriarte-un-ilustrado-ejemplar-0/html/01da93c0-82b2-11df-acc7-002185ce6064_8.html?utm_source=chatgpt.com" target="_blank" rel="noreferrer noopener">Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes</a></li><!-- /wp:list-item --><!-- wp:list-item --><li><strong>Bernardo de Iriarte (1735–1814)</strong>: Diplomático y político, fue secretario de la Embajada de España en Londres y miembro del Consejo de Indias. También destacó como traductor y promotor de las artes, colaborando con artistas como Goya. <a href="https://www.abc.es/local-canarias/20141227/abci-tomas-iriarte-olvidado-201412271503.html?utm_source=chatgpt.com" target="_blank" rel="noreferrer noopener">Diario ABC+1Gevic+1</a></li><!-- /wp:list-item --><!-- wp:list-item --><li><strong>Tomás de Iriarte (1750–1791)</strong>: Fabulista y dramaturgo, es autor de las célebres "Fábulas literarias" y fue una figura central en la literatura neoclásica española.</li><!-- /wp:list-item --></ul><!-- /wp:list --><!-- wp:paragraph {"className":""} --><p>La influencia de la familia Iriarte en la vida cultural de Canarias y España fue significativa, y su legado continúa siendo objeto de estudio y reconocimiento. Aunque la Sociedad Iriarte ya no existe, su espíritu perdura en instituciones actuales como el <strong>Iriarte Centro Universitario Internacional</strong>, ubicado en el Puerto de la Cruz. Este centro ofrece programas en Turismo, Administración y Dirección de Empresas, Marketing y Publicidad, y mantiene viva la tradición educativa y cultural asociada al nombre Iriarte. Además, la Casa Iriarte, una típica mansión canaria del siglo XVIII situada en la calle Iriarte, es un recordatorio tangible de la presencia histórica de la familia en la ciudad. Aunque actualmente no está abierta al público como museo, su arquitectura y ubicación la convierten en un punto de interés para quienes desean conocer más sobre el legado de los Iriarte en el Puerto de la Cruz.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Imprenta Papelería Nivaria
<!-- wp:paragraph --><p>Mosaico de azulejos de gran formato que muestra el rótulo identificativo y publicidad de tinta Samas, retirado en el año 2000 y aún sin ubicación conocida. Fue realizado en cerámica por la firma <strong>Valencia Industrial</strong> a partir de un diseño de <strong>Pedro Hernández</strong>, propietario de la imprenta. El mural estaba acompañado de piezas ornamentales adicionales como dinteles de piedra, enrejados de balcones y una cornisa de cantería.<br><br>En septiembre del año 2000, tras el cierre del negocio y la demolición del edificio, el mosaico fue donado al Ayuntamiento de Santa Cruz por <strong>María de la Paz Hernández</strong>, esposa de Pedro y heredera del negocio, bajo el compromiso municipal de conservarlo y ubicarlo en otro punto emblemático. Fue desmontado con grúa, embalado en telas especiales y almacenado en un lugar desconocido, con un coste de un millón y medio de las antiguas pesetas. En 2025 sigue sin haberse exhibido ni restaurado y su paradero es desconocido.</p><!-- /wp:paragraph -->
Gran Hotel Taoro
<!-- wp:paragraph --><p>Llama la atención que las fotografías existentes del desaparecido Gran Hotel Taoro no muestren ningún rótulo en su fachada. Una imagen de Carl Norman tomada en 1893 viene a resolver el enigma: el edificio principal, orientado hacia el norte con vistas al Puerto de la Cruz, contaba con dos alas que formaban un patio central, donde un habilidoso equipo de jardineros confeccionó un original rótulo. Lo lógico es que fuese diseñado por el arquitecto del hotel, el francés <strong>Adolphe Coquet</strong>, que al parecer quiso que fuese contemplado en su total esplendor desde las habitaciones de las plantas superiores.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>Inaugurado en 1890, el emblemático establecimiento se convirtió en el primer gran hotel de lujo de España. Su construcción fue una de las mayores obras arquitectónicas en Canarias en su época. Rodeado de jardines de estilo francés e inglés, el hotel ofrecía 217 habitaciones, un comedor para cien comensales, un amplio salón, vestíbulo, biblioteca y sala de billar, todo elegantemente decorado. A lo largo de su historia hospedó a personalidades ilustres, como el Rey Alfonso XIII, el Káiser Guillermo II de Alemania o la escritora Agatha Christie. Tras varios periodos de cierres y renovaciones, el edificio albergó un casino, la sede del Consorcio de Rehabilitación de Puerto de La Cruz y la del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). Actualmente está siendo restaurado para preservar su legado histórico y reabrir como un establecimiento de 5 estrellas gestionado por <strong>My Way Meaningful Hotels</strong>.&nbsp;</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details --><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p></p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p></p><!-- /wp:paragraph -->
Hotel Bélgica
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo de identificación del desaparecido <strong>Hotel Bélgica</strong>, uno de los establecimientos pioneros en el alojamiento turístico del Puerto de la Cruz, con fuerte vínculo con el mercado belga, construido en 1957 y puesto en funcionamiento en 1959. <strong>Anna Vandeputte</strong> fue la promotora del hotel, el primero en la zona turística de Martiánez. El rótulo se integraba en una marquesina volada sobre la acera, junto a una oficina de viajes y comercio. <br><br>Representa la expansión del turismo en Puerto de la Cruz durante los años 50-60, cuando nuevas cadenas y promotores internacionales (alemanes, belgas, etc.) potenciaron la oferta hotelera. Forma parte del paisaje gráfico urbano histórico del Puerto de la Cruz, que incluye múltiples hoteles de esa época (Bélgica, Valle Mar, San Felipe, etc.).</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p></p><!-- /wp:paragraph -->
Hotel Belair
<!-- wp:paragraph --><p>El rótulo en coronación con letras metálicas visibles a larga distancia convirtieron al edificio del Hotel Belair en un hito urbano del naciente turismo internacional masivo en Tenerife. Compuesto por letras en gran formato en la azotea, funcionaba como <strong>elemento de orientación visual</strong>, tanto desde tierra como desde el mar. Es un ejemplo temprano de rotulación monumental aplicada a edificios turísticos. <br><br>Durante su etapa inicial se habilitó un bar o sala de vistas para clientes y visitantes, algo habitual en edificios verticales del turismo europeo de posguerra, como elemento distintivo: miradores, terrazas-bar o sky lounge. El rótulo “BAR” en letras metálicas de gran tamaño, que sirvió de reclamo visual orientado a los turistas, fue temporal, previo a la consolidación del nombre Belair como marca de alojamiento residencial o vacacional.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>El Hotel Belair fue proyectado y construido en la zona de Martiánez, en el contexto de la liberalización del suelo turístico en el norte de Tenerife. Se trataba de un edificio residencial-apartahotel que ofrecía estancias largas a turistas europeos, especialmente alemanes y belgas, en un entorno próximo a la costa y al entonces incipiente complejo Lago Martiánez. Su arquitectura vertical, de más de 20 alturas, contrastaba con la edificación tradicional del entorno y prefiguró el modelo de ciudad turística verticalizada que se consolidaría en los años 70. La tipología respondía a una demanda creciente de turismo residencial, vinculado a estancias largas de invierno.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Ferretería Las Columnas
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo comercial histórico del barrio de Triana, en Las Palmas de Gran Canaria, testimonio de un comercio tradicional con fuerte arraigo local. La Ferretería Las Columnas fue un establecimiento emblemático de la Calle Mayor de Triana, activa durante varias décadas del siglo XX. Ocupaba la planta baja de un edificio ecléctico de dos alturas con fachada monumental, cuyas cuatro columnas de piedra inspiraron el nombre del negocio. El rótulo, ubicado sobre el dintel de acceso, presentaba una tipografía mixta: letras minúsculas negras para la palabra “ferretería” y versales rojas de gran tamaño para “LAS COLUMNAS”, sobre fondo blanco. Diversos negocios ocuparon ete local tras el cierre de la ferretería, entre ello, el también emblemático Discos Noda.</p><!-- /wp:paragraph -->
Discoteca Joy
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo luminoso de gran formato, perteneciente a la mítica discoteca Joy, uno de los referentes de ocio nocturno del Puerto de la Cruz durante más de dos décadas. De estética festiva y teatral, el cartel se caracteriza por su estructura en caja de luz doble, tipografía bold con volumen, ribete de bombillas y logotipo gráfico con siluetas humanas. Fue un icono del ambiente turístico internacional de los años 80 y 90. </p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>Se trata de un diseño claramente inspirado en los rótulos de clubes y salas de fiesta anglosajonas, pensado para ser visible, llamativo y fotogénico. El rótulo no solo servía como cartel identificativo, sino como parte de la experiencia visual del cliente: se convirtió en un referente para las fotografías nocturnas de los asistentes y los paseantes, y marcaba la entrada a uno de los puntos calientes del turismo joven en el norte de Tenerife.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>La Discoteca Jo<strong>y</strong> del Puerto de la Cruz fue un referente de la vida nocturna en la ciudad desde su apertura en los años 80. Formó parte de una cadena con presencia en destinos turísticos como Playa del Inglés, Torremolinos, Marbella y Madrid. Su estética y programación estaban claramente orientadas al público internacional, especialmente británico y alemán, que frecuentaba el norte de Tenerife durante las décadas de 1980 y 1990. En los años 2000 continuó siendo un punto de encuentro popular, organizando eventos como fiestas de Carnaval y sesiones de música electrónica. Sin embargo, hacia finales de la década, comenzó a perder protagonismo frente a nuevas propuestas de ocio nocturno. Cerró sus puertas alrededor de 2010 y posteriormente reabrió bajo el nombre de Discoteca Azúcar, aunque esta etapa también fue breve . Actualmente, el local ha sido destinado a otros usos. La Discoteca Joy dejó una huella significativa en la memoria colectiva del Puerto de la Cruz, siendo recordada por su ambiente internacional y su papel en la evolución del ocio nocturno en la ciudad.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Correos y Telégrafos Vallehermoso
<!-- wp:paragraph --><p>Pareja de rótulos en metal esmaltado en la fachada del edificio de dos plantas con cubierta a dos aguas y fachada simétrica que fue sede de la oficina de telégrafos del municipio durante buena parte del siglo XX. Su arquitectura funcional, con elementos como carpintería de madera y balcones de hierro, responde al estilo de las construcciones públicas de la época.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>No disponemos de información oficial que precise la fecha exacta de la construcción o cierre del inmueble. En la actualidad ha sido rehabilitado y adaptado como alojamiento turístico bajo el nombre de <em>Casa de Telégrafos</em>, conservando elementos originales que remiten a su uso anterior.</p><!-- /wp:paragraph -->
Los vehículos rotulados por Juan el Petudo
<!-- wp:paragraph --><p>La excelencia que alcanzó <strong>Juan Santana Martín <em>el Petudo</em></strong> en la rotulación de vehículos es legendaria. En una época sin ordenadores ni tecnología específica, confeccionaba sus plantillas en papel o dibujaba directamente sobre el soporte con el simple uso de un escalímetro, instrumento que le permitía reproducir proporcionalmente un rótulo de grandes dimensiones a partir de una simple tarjeta de visita. En la mayoría de casos se veía obligado a preparar previamente toda la superficie del vehículo, lijando primero y aplicando un fondo sobre el que después pintar con pinceles los textos e ilustraciones correspondientes. Su dominio de la técnica fue tal que, al compararse, resulta muy difícil diferenciar sus trabajos de las actuales reproducciones fotográficas impresas en vinilo. </p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>Durante los años 60 y 70 del pasado siglo, todo el mundo en La Palma conoció a Juan <em>el Petudo</em>, directamente o través de sus numerosos trabajos. Su historia es peculiar dentro del mundo de la rotulación, ya que consiguió sacar adelante a su familia de cuatro hijos y esposa de manera holgada, aprovechando la falta de competencia y trabajando duro. Ganó suficiente dinero para alcanzar un nivel de vida inalcanzable para la gran mayoría de rotulistas españoles, que apenas lograban subsistir desempeñando un oficio no demasiado bien pagado. Como contrapartida, su fama y reconocimiento quedaron circunscritos al reducido ámbito insular. <br><br>Nacido en 1936 en Arucas (Gran Canaria), a los 8 años sufrió un accidente que le mantuvo confinado en un hospital durante un largo periodo de tiempo. Las secuelas físicas que le quedaron propiciaron su apodo "<em>el petudo</em>", derivado de la palabra <em>peta</em> (canarismo de procedencia portuguesa que significa joroba o corcova). El pequeño Juan encontró en el dibujo un recurso para llenar las largas horas de estancia en el hospital. Poco a poco fue adquiriendo una gran habilidad con el lápiz y una creciente inquietud artística. Tras su salida, ingresó en una academia de arte en Las Palmas de Gran Canaria, donde desarrolló habilidades en las disciplinas del dibujo, la pintura y la escultura. Aunque el escenario en aquella España de los años 50 era de una gran depresión económica y escasas oportunidades laborales, Juan no tuvo demasiadas dificultades para empezar a ganarse la vida aceptando encargos de rotulación para algunas empresas. <br><br>Junto a su amigo <strong>Manuel Corujo</strong>, aceptaron una oferta de trabajo para la empresa de La Palma <strong>Lumenx Neón</strong>, que recibía cada vez más encargos de rótulos luminosos. Tardaron muy poco en comprender que rentabilizarían mucho más su trabajo estableciéndose por su cuenta. Juan se encargó del diseño y de los rótulos a pintar, mientras Manuel, electricista, se ocupaba de los tubos de neón y de la instalación eléctrica. Al cabo de un tiempo, Manuel volvió a Gran Canaria para montar su propio taller, pero Juan se instaló en La Palma con su familia, pues los encargos no cesaban y el trabajo iba en aumento. Bajo el nombre comercial de <strong>JUSAMAR</strong>, acrónimo de sus apellidos, rotuló cadenas de supermercados, talleres, concesionarios de automóviles y todo tipo de negocios. Pero donde lució sus habilidades de una manera espectacular fue en la rotulación de numerosos vehículos para la empresa <strong>Atlántico SA</strong>, distribuidora de bebidas y productos de alimentación en La Palma, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote. Juan se desplazó en numerosas ocasiones a cada una de estas islas para rotular de manera magistral las furgonetas y camiones de la empresa. La excelencia que alcanzó Juan <em>el Petudo</em> en la rotulación de vehículos es legendaria. Su dominio de la técnica fue tal que, al compararse, resulta muy difícil diferenciar sus trabajos de las actuales reproducciones fotográficas impresas en vinilo. </p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Cine Sardina
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo con tipografía geométrica en cajas individuales, que identificaba la fachada del histórico Cine Sardina, con la estética propia de los cines de barrio en Canarias, reflejando tanto el auge del espectáculo cinematográfico como la integración de estos locales en la vida cotidiana de los pueblos. Activo durante varias décadas, fue un punto de encuentro vecinal donde se proyectaban películas y se celebraban eventos comunitarios. Jugó un papel fundamental en la vida social de la comunidad trabajadora del barrio, sirviendo como espacio de ocio accesible y símbolo de cohesión vecinal.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>El Cine Sardina, proyectado por el arquitecto <strong>Fernando Delgado de León</strong> para albergar un total de 400 butacas, abrió sus puertas en 1956. El operador fue <strong>Francisco Sánchez Santana</strong> y en su equipo de proyección y sonido contó con un aparato PHILLIPS, F.P.5. <br><br>Propiedad de la <em>Comunidad Cine Sardina</em>, tuvo como dirigentes a <strong>Juan Arbelo y Arbelo</strong>, <strong>Josefa Cruz Pérez</strong>, <strong>Domingo Vera Ramos</strong> y <strong>José Fabelo Ruano</strong>. Habiendo fallecido don Juan Arbelo, representante legal de la Comunidad, acuerda designar a don <strong>Neftalí Lorenzo Araña</strong> administrador y representante legal de la misma. Don <strong>Antonio Lorenzo Araña</strong>, el 16 de febrero de 1976, les compra las acciones a los socios de la Comunidad quedando dueño del cine.<br><br>La sala echó el cierre en diciembre de 1986. En la actualidad es la casa de la cultura del municipio, llamado <em>Centro Cultural El Cine de Sardina</em> en honor a lo que fue en su día. El espacio ha sido reformado pero conserva su fachada original con ligeras modificaciones.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details --><!-- wp:paragraph --><p></p><!-- /wp:paragraph -->
Cinema Olympia
<!-- wp:paragraph --><p>El rótulo del Cine Olympia, con su tipografía llamativa de estilo moderno, conectaba con la imagen cosmopolita y turística que la ciudad proyectaba desde mediados del siglo XX. Por su ubicación destacada, era visible desde distintos puntos de la plaza del Charco, en el corazón del casco urbano.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>El Cine Olympia fue un punto neurálgico de la vida social y cultural del Puerto de la Cruz desde principios del siglo XX hasta su desaparición a finales del siglo pasado. No solo ofrecía proyecciones, sino que también funcionó como espacio para representaciones teatrales, conciertos y otros actos públicos, cumpliendo un papel clave en la oferta cultural del municipio. En pocos lugares podrá encontrarse un local con tanta polivalencia funcional. Frente a él se reunían los aficionados a escuchar partidos de fútbol; en su interior acogía peleas de gallos y, con ocasión de los carnavales y las fiestas de julio, se retiraban las butacas para organizar bailes. Sin otros mecanismos de climatización que unas compuertas en el techo de apertura manual, los bailes llegaron a popularizarse con la denominación de "baños turcos". Cuentan que incluso sirvió de cárcel cuando Franco consumó su rebelión. <br><br>El cine tenía una división de butacas en dos zonas, a una de las cuales se la llamaba "Preferencia", cuya entrada costaba un poco más. Una vez, una de las compuertas del techo se abrió de improviso y cayó sobre los espectadores una señora que estaba viendo la película por una rendija del techo para ahorrarse la entrada. En la década de los setenta, cuando el local fue restaurado, la división desapareció. Durante años, uno de los atractivos cotidianos para niños y adultos era ir a contemplar los <a href="http://localhost/wordpress/elemento/cine-morales/" data-type="elemento" data-id="10496">cuadros del cine</a>, unos fotogramas habitualmente desgastados dentro de unas artesanales carteleras fijadas en la fachada y en algún que otro concurrido enclave en la población. El cine cerró definitivamente sus puertas el 3 de mayo de 1987.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Cine Litoral
<!-- wp:paragraph --><p>El edificio que en su día albergó al <em>Cine Litoral </em>sobrevivió durante 63 años. Las letras que conformaban verticalmente la palabra CINE estaban integradas en su fachada, sobre un paño lateral. En origen fueron blancas, destacando sobre un fondo de ladrillos de color rojo, pero la pintura se fue desvaneciendo con el tiempo. </p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>Situado junto al mar, en el barrio capitalino de La Isleta, estuvo en activo durante dos décadas. Se inauguró el 28 de diciembre de 1962 con la proyección de la película <em>Maciste el Coloso</em>. Propiedad de <strong>Santiago Ceballo Perdomo</strong> y <strong>Rafael Montenegro Pérez</strong>, el cine fue proyectado por el arquitecto <strong>Antonio Cardona y Aragón</strong>, que llegó a proyectar entre 1930 y 1968 los planos de 34 cines, la mayor parte ubicados en Gran Canaria, siendo ejecutados finalmente 26, entre los cuales estuvieron los cines <em>Capitol</em>, <em>Bahía</em>, <em>Royal</em>, <em>Vegueta</em>, <em>San Roque</em>, <em>Avellaneda</em>, <em>Litoral</em>, <em>Victoria</em> o <em>Quilmes</em>. Contó con 690 butacas y un equipo de proyección de la marca O.S.S.A. <br><br> El cine cerró definitivamente el 29 de diciembre de 1982 y en su lugar se habilitó un supermercado. El edificio fue derruido en octubre de 2025.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details --><!-- wp:paragraph --><p></p><!-- /wp:paragraph -->
Cine Doctoral
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo formado por módulos individuales para cada letra, instalado sobre la marquesina del antiguo edificio del <strong>Cine Doctoral</strong>, en El Doctoral (Santa Lucía de Tirajana). Ejemplo destacado del diseño gráfico aplicado a la arquitectura del ocio en el sureste de Gran Canaria durante la segunda mitad del siglo XX. El diseño es sobrio pero eficaz, en sintonía con el estilo gráfico de las salas de cine de barrio de la época, en las que predominaban las tipografías sans serif, legibles y contundentes. A partir de 1974, cuando el cine es adquirido por los hermanos Lorenzo, propietarios de un establecimiento dedicado a la venta de muebles situado justo enfrente, aprovechan los huecos libres en la fachada para hacer publicidad de su negocio.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>El <em>Cine Doctoral</em> fue una de las principales salas de proyección del municipio, activo hasta finales del siglo XX. El edificio, de líneas racionalistas y composición horizontal, proyectado por el arquitecto <strong>Antonio Cardona y Aragón</strong> y suscrito por <strong>Fernando Delgado de León</strong>, se construyó en 1941. El cine, propiedad de <strong>Luis</strong> y <strong>Sebastián Artiles Monroy</strong>, se inauguró el 2 de marzo de 1942. En enero de 1974 fue adquirido por <strong>Neftalí Lorenzo Araña</strong>. Tenía un aforo de 478 localidades. En los primeros años, 1945-55, el precio de la localidad era de 3 pesetas, en los años 1960-70 de 9 pesetas, y en los años siguientes, 20 y 25 ptas. Como equipo de proyección y sonido contaba con un Callet y Helerman, un Wassmann y Pio Pion y ya a partir de 1975 se instaló un Phillips F.P.5. Su operador fue <strong>Francisco Sánchez Santana</strong>. Cerró el 4 de diciembre de 1999 y la última película proyectada fue "Algo pasa con Mary", de los Hermanos <strong>Farrelly</strong>. Tras su cierre, el edificio fue demolido y en su lugar se construyó el Centro Comercial Avenida.<br></p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Casino Taoro
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo que identificaba la entrada del Casino Taoro, instalado en el histórico edificio del Gran Hotel Taoro del Puerto de la Cruz. Combina sobriedad funcional con fuerte carga simbólica, ligado a uno de los espacios más representativos de la historia turística y cultural de Tenerife. Visible sobre una marquesina de color amarillo con formas semicirculares, utilizaba una tipografía en mayúsculas sobrias de palo seco, pintadas en negro sobre fondo liso. El conjunto incluía también un símbolo gráfico formado por líneas metálicas curvas empotradas en el revestimiento de piedra, visible en la fachada superior. Esta señalética modernista-contemporánea era coherente con el carácter elegante pero accesible del nuevo uso del edificio como casino público.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>El Casino Taoro fue inaugurado el 20 de julio de 1979 en el edificio del <a href="http://localhost/wordpress/inmemoriam/hotel-taoro-2/" data-type="inmemoriam" data-id="10966">Gran Hotel Taoro</a>, tras la clausura del uso hotelero en 1975. Este emblemático inmueble, abierto originalmente en 1890, ocupa una posición privilegiada sobre el Parque Taoro. Tras su cierre en 2006, el casino fue trasladado al Lago Martiánez. Durante varios años posteriores, el edificio acogió la sede del Instituto Volcanológico de Canarias (INVOLCAN), además del Consorcio de Rehabilitación del Puerto de la Cruz.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>Actualmente el inmueble está en fase de rehabilitación integral para reabrir como hotel de cinco estrellas bajo gestión de My Way Hotels &amp; Resorts a partir de 2025. El rótulo del casino, hoy desaparecido, representa una etapa crucial en la segunda vida del edificio, y es parte del relato gráfico y turístico del Puerto de la Cruz.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Casa del Pueblo
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo institucional pintado directamente sobre una cartela rectangular, identificando el acceso a la histórica Casa del Pueblo del Puerto de la Cruz, espacio de reunión vecinal y administración pública informal durante el siglo XX. Este tipo de rotulación es representativo de la señalética urbana de mediados del siglo XX, caracterizada por su funcionalidad y sobriedad. Pese a su sencillez, este rótulo constituye un vestigio significativo de la cultura gráfica institucional del municipio.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>La Casa del Pueblo fue, durante décadas, un espacio cívico relevante en el Puerto de la Cruz. Situada en la actual plaza Concejil, en la confluencia de las calles San Juan e Iriarte, acogía reuniones vecinales, funciones administrativas y actividades relacionadas con la participación ciudadana. Su nombre evoca las <em>casas del pueblo</em> fundadas en el ámbito sindical y socialista durante el siglo XX en España, aunque en este caso se refiere más a su uso comunitario general. Este lugar es conocido por albergar el busto del exalcalde Francisco Javier Afonso Carrillo. La denominación "Concejil" remite precisamente a su función como sede de los consejos vecinales.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Caja de Ahorros
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo monumental de coronación instalado en la azotea de la oficina de La Vera de la Caja General de Ahorros de Santa Cruz de Tenerife. Diseñado con letras de gran tamaño sobre estructura metálica, funcionó como punto de referencia visible en el barrio durante décadas. La señalización se completaba con placas murales con el nombre completo de la entidad y el distintivo de “Oficina La Vera”. Su estilo sobrio y su escala reflejan la estética institucional de las cajas de ahorro de la época.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>La oficina de La Vera, inaugurada en las primeras décadas de expansión urbana del Puerto de la Cruz, pertenecía a la Caja General de Ahorros y Monte de Piedad de Santa Cruz de Tenerife, una de las principales entidades financieras del archipiélago. Su instalación en barrios periféricos como La Vera respondía al modelo de proximidad social y bancarización popular impulsado por las cajas durante el desarrollismo franquista.</p><!-- /wp:paragraph -->
Café Columbus
<!-- wp:paragraph --><p>El Café Columbus fue un establecimiento orientado al turismo centroeuropeo, especialmente alemán, como sugiere el rótulo “<strong>Löwenbräu – Deutsches Bier</strong>” visible en la parte superior. Funcionaba como cafetería y cervecería, con terraza elevada y estética bávara, muy en la línea de los cafés-restaurante turísticos de ese tiempo. El inmueble, situado en el entorno del Paseo San Telmo, junto a la costa, fue diseñado en los años 60 y anteriormente fue el Cintra, Cintra Pirata o Pabellón. El edificio fue derruido en 1996, cuando el paseo de San Telmo fue remodelado como parte de la transformación del frente marítimo del Puerto de la Cruz. Durante años, Columbus dio empleo a cientos de personas y marcó un estilo de hostelería que muchos identificaban con la esencia del Puerto: elegante, cercano y con sabor propio.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>El Cintra Pirata, inaugurado en los años 60 frente a la costa de Martiánez, fue uno de los espacios más singulares que ha tenido el Puerto. Originalmente concebido como un pabellón con estética marinera, su silueta recordaba a un barco varado frente al mar. Fue gracias a la visión empresarial del industrial <strong>José Manuel de Sotomayor</strong> y a la gestión de la compañía Columbus que este rincón se convirtió en un referente del ocio y la música en el norte de Tenerife. Durante décadas acogió terrazas animadas, noches de fiesta, conciertos y momentos inolvidables. Era un punto de encuentro, una postal viva de la ciudad. Con el paso de los años, fue entregado al Ayuntamiento, pero lejos de transformarse en un espacio público vivo, acabó abandonado, sumido en el olvido. </p><!-- /wp:paragraph -->
Bazar Kashmir
<!-- wp:paragraph --><p>El rótulo de neón en gran formato del Bazar Kashmir, en pleno centro histórico del Puerto de la Cruz, fue una referencia visual constante para generaciones de visitantes. Dispuesto en bandera (perpendicular al muro) funcionaba como reclamo visual para el comercio de artesanía y objetos orientales con el que se asociaba. El nombre del negocio —Kashmir, región del norte de la India asociada con tejidos finos y exotismo oriental— era en sí mismo un reclamo internacional. El rótulo destacaba por su <strong>potencia </strong>tipográfica: grandes letras sans serif, limpias, legibles a distancia, en un formato vertical poco común en el comercio local del momento.</p><!-- /wp:paragraph -->
Bar ruso пельмени
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo luminoso en caja de luz con estética comercial híbrida: combinación de grafía cirílica y tipografía latina sobre fondo publicitario de Coca-Cola. Identificaba un peculiar bar ruso situado bajo la Pensión Navarro, en el barrio marinero de La Isleta, Las Palmas de Gran Canaria. Con su singular mezcla de referencias soviéticas y cultura popular occidental, el rótulo del <strong>Bar Ruso Pelmeni</strong> funcionaba no solo como reclamo comercial, sino como símbolo de una comunidad migrante que encontró espacio en la ciudad en las últimas décadas del siglo XX. Sus propietarios de origen ruso lo bautizaron como "<strong>Pelmeni</strong>", en alfabeto cirílico, haciendo alusión a una de las especialidades gastronómicas del local, una especie de empanadillas tradicionales rusas. El uso del logo de Coca-Cola generaba un potente contraste simbólico. El rótulo combinaba elementos de señalética funcional (tipografía en mayúsculas, caja luminosa) con otros claramente identitarios. Este tipo de rótulos, realizados con cajas translúcidas retroiluminadas y vinilos adhesivos, fue muy habitual en el ámbito comercial desde finales de los años 80. El uso de doble alfabeto lo hace excepcional en el contexto gráfico urbano de la ciudad.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>El local, conocido popularmente como <em>el bar ruso</em>, fue uno de los pocos establecimientos gastronómicos rusos en Canarias. Se ubicaba en los bajos de la Pensión Navarro, una pensión económica frecuentada por migrantes de Europa del Este. En sus años de mayor actividad (años 90 y 2000), era habitual encontrar clientela rusa, en gran parte procedente de las flotas pesqueras en el puerto, canaria y de otras nacionalidades compartiendo espacio en torno a platos como el <em>pelmeni</em> o el <em>borsch</em>.<br><br>El establecimiento cerró definitivamente hacia finales de la década de 2010, aunque los rótulos permanecieron visibles durante un tiempo más. Su desaparición representa la pérdida de un referente multicultural del barrio.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Banco Exterior de España
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo vertical de grandes dimensiones, en la sede del Banco Exterior de España, en un edificio inaugurado en 1968 en un solar privilegiado del centro del Puerto de la Cruz, anteriormente ocupado por la histórica firma <a href="http://localhost/wordpress/inmemoriam/yanes/" data-type="inmemoriam" data-id="12690">Viuda de Yanes</a>. El rótulo más destacado fue un cartel vertical de grandes dimensiones con letras metálicas montadas sobre soporte estructural. De gran presencia, era visible desde toda la Plaza del Charco y permaneció hasta principios de los años noventa. Como referencia, hoy solo se conserva el rótulo vinilado sobre cristal de la entrada del edificio, que heredó el nombre del banco.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>El <strong>Banco Exterior de España (BEX)</strong> fue una entidad bancaria pública creada en 1929 con el fin de impulsar las relaciones comerciales internacionales del Estado español, especialmente el comercio exterior. Dependía inicialmente del Ministerio de Hacienda y posteriormente del Ministerio de Economía. Su función principal era financiar exportaciones e importaciones, respaldar la internacionalización de empresas españolas y gestionar operaciones oficiales de crédito exterior. Durante el franquismo y el desarrollismo de los años 60 y 70, el BEX consolidó su papel como banco público clave para el crecimiento económico, estableciendo numerosas sucursales en España y oficinas en el extranjero. Fue también uno de los bancos utilizados por el Estado para canalizar fondos hacia proyectos estratégicos.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p>En 1991, como parte de una reestructuración del sistema bancario público, el Banco Exterior se integró en <strong>Argentaria</strong>, un <em>holding</em> estatal que agrupaba varias entidades financieras. Finalmente, Argentaria se fusionó con el Banco Bilbao Vizcaya (BBV) en 1999, dando origen a la actual BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria). Así, el Banco Exterior de España dejó de existir como entidad independiente.</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Banco de Vizcaya
<!-- wp:paragraph --><p>Rótulo de gran formato con letras corpóreas sobre marquesina frontal, ubicado en la céntrica Plaza del Charco del Puerto de la Cruz. En la fachada destaca también el mural artístico <em>Sol Naciente</em> del artista <strong>Manuel Fernández Padrón</strong>, realizado a principio de los años 60.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:details --><details class="wp-block-details"><summary>Contexto histórico</summary><!-- wp:paragraph {"placeholder":"Teclea / para añadir un bloque oculto"} --><p><br>El Banco de Vizcaya fue una de las principales entidades bancarias privadas de España durante el siglo XX. Fundado en Bilbao en 1901 como entidad de capital privado con fuerte arraigo industrial, amplió progresivamente su presencia en todo el país, especialmente a partir de los años 50. En el Puerto de la Cruz, su presencia fue significativa durante décadas, especialmente durante el auge turístico de los años 60 y 70. En 1988, el Banco de Vizcaya se fusionó con el Banco de Bilbao, dando lugar al Banco Bilbao Vizcaya (BBV). A su vez, este se fusionó en 1999 con Argentaria (holding de bancos públicos, como el Banco Exterior de España), formando el actual BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria).</p><!-- /wp:paragraph --></details><!-- /wp:details -->
Apeadero de Arona
<!-- wp:paragraph --><p>De cuando las paradas se llamaban apeaderos y RENFE era el principal accionista de Titsa.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p></p><!-- /wp:paragraph -->
Apartamentos Florida Plaza
<!-- wp:paragraph --><p>El rótulo de neón de los Apartamentos Florida Plaza fue retirado en 2025, tras permanecer 36 años en la fachada. Era uno de los últimos rótulos de neón del Puerto de la Cruz.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>El edificio fue construido en 1989 y renovado en 2001<strong>.</strong>&nbsp;Su arquitectura de dos plantas se inspira en el estilo canario tradicional, con balcones de madera y un patio interior. </p><!-- /wp:paragraph -->
Alfa
<!-- wp:paragraph --><p>Mosaico corporativo confeccionado artesanalmente en <em>terrazo</em>, con el conocido logotipo de las máquinas de coser Alfa, estratégicamente situado en el umbral de la puerta de acceso al bello edificio que fue la casa de<strong> Manuel Padrón Quevedo</strong>, en la Calle León y Castillo de Las Palmas de Gran Canaria, cuya planta baja albergó uno de los primeros establecimientos distribuidores de la marca. Fue construido en 1950 por el arquitecto <strong>Rafael Massanet</strong> y es un ejemplo de la arquitectura de los años 50 del pasado siglo.</p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>Lamentablemente, en 2023 se perdió para siempre ese bonito elemento -hasta entonces superviviente- del patrimonio gráfico de la ciudad. El caso fue especialmente sangrante para Insula Signa, pues al advertir que se estaba llevando a cabo una reforma en el edificio, hicimos gestiones para intentar preservarlo. En mayo de 2021 contactamos con la arquitecta&nbsp;<strong>Mª Luisa Martínez Zimmermann</strong>, encargada de la reforma, quien ante nuestra preocupación por la conservación de la pieza, nos tranquilizó manifestando que tanto ella como el propietario eran conscientes de su valor y que su intención era respetarla. </p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>Contactamos incluso con <strong>Luis Fano</strong>, director de la firma <strong>Alfa</strong>, con sede en Éibar (Guipúzcoa), para averiguar el origen del bonito mosaico de terrazo. Tras algunas indagaciones, nos comunicó que ellos no habían intervenido para nada en su confección e instalación y nos informó de que la representación de la marca en Las Palmas la ostentaba la familia <strong>Álvarez Vidal</strong>, unos de los primeros representantes de la firma en todo el estado. Esta información nos llevó a contactar con con <strong>Alejandro Álvarez</strong>, que nos confirmó que fue su abuelo <strong>Manuel Álvarez </strong>quien encargó y mandó instalar el logotipo, por iniciativa propia, siendo un caso extraordinario de fidelidad a la marca y amor por el producto que representaba. </p><!-- /wp:paragraph --><!-- wp:paragraph --><p>Finalmente, todo nuestro esfuerzo e interés, junto a la historia familiar de este comercio, quedaron menospreciados y sepultados bajo tres capas: una de cemento, otra de nuevas baldosas sin ningún interés, y otra —la más espesa— de desprecio y falta de respeto. Para más guasa, tras la reforma el edificio fue bautizado como <strong>EDIFICIO ALFA</strong>, adosando unas insulsas letras corpóreas a la fachada. Lamentable.</p><!-- /wp:paragraph -->